Me atrevo a escribir las siguientes líneas sin patrocinios ni camiseta alguna. Como alguien que conoce un poco sobre el tema a pesar de que no se dedica a ello, desde el punto de vista de la ciencia y no desde la ideología sobreimpuesta de ningún bando en particular. Y si, digo bando porque la sociedad siempre tendió a adoptar alguna línea de doctrina que lo represente. Esa "brecha" no es nada nuevo y siempre estará presente en cualquier tema de discusión, y pareciera que si o si hay que alistarse en alguno de los dos frentes como si se tratara de una competencia de nunca acabar. A continuación personificaré dos actores que intentan exponer su punto de vista al respecto...
...Primer Acto: Desde mi rol como científico.
Mientras intento hilar palabras pienso lo raro que somos los humanos. Nos apasionamos tanto por la bandera que enarbolamos que no somos capaces de ver sus sombras, esos sitios opacos que por más que sean iluminados y dejen al descubierto sus lados oscuros seguiremos haciendo de cuenta que no existen y que no hay nada que discutir. Dice el refrán que "no hay peor ciego que aquel que no quiera ver y peor sordo que aquel que no quiera oír" y así nos queremos quedar, como ciegos y sordos pero todos felices pregonando cada cual su verdad. Es allí donde la ciencia interviene a partir de poner todo a prueba para convalidad o rechazar cualquier postulado. Esa ciencia que siempre estuvo presente y que sirvió tanto a la humanidad para su desarrollo como especie dominante en esta tierra. Esa ciencia tan castigada por la superstición y por las creencias propias, pero que siempre sirvió para mejorar la calidad de vida humana y gestionar de la mejor manera todo tipo de recurso terrestre. Esa ciencia que nos ayudó y nos ayuda a comprender lo que somos y en donde estamos parados. Desde esa ciencia es que intento transmitir mi pensamiento al respecto sobre algo que ya no vale la pena repetir porque es de público conocimiento y siento que ya no hay nada más que agregar sobre el asunto. Lo que ocurrió en Andalgalá (provincia de Catamarca - Argentina) el pasado 10 de Abril. Un hecho que volvió a dejar al descubierto nuestra miseria como personas, atentándonos los unos a los otros sin importarnos nada más que imponer nuestra propia conveniencia. Seguramente muchos seguirán usando la excusa de que ningún derecho o guerra se ha conquistado de forma pacífica, y es entonces que me pregunto ¿Por qué esto se considera guerra? ¿Contra quién queremos batallar? ¿Qué culpa tienen las empresas que "vienen de afuera" con la intención de manejar los recursos que nosotros no somos capaces de gestionar porque jamás se invirtió en industria y en maquinarias que estén a la altura de las circunstancias? ¿Qué culpa tienen esos "monstruos capitalistas" de querer invertir en nuestro país si las políticas de gobierno resultan desfavorables en el reparto de esas "migajas" que nos dejan por arrancarnos los minerales? Y digo migajas en tono irónico porque son varios ceros a la derecha en cuanto a número se refiere que quedan como ganancia pero eso no se ve y no es culpa de las empresas. Nos quejamos de esta "actividad hostil y asesina del medio ambiente" pero no vemos la contraparte de que como sociedad consumista que somos aportamos significativamente a la degradación de nuestro planeta reclamando insaciablemente por sus riquezas, ya que todo, absolutamente todo proviene de nuestra tierra. Nos quejamos que estos "mercenarios" nos agotan el agua pero no nos importan las pérdidas de agua de nuestra casa ni dejar el grifo abierto y que se le lleve "san canuto". Nos quejamos que estos "seres diabólicos" nos contaminen todo pero los productos que usamos y nuestra manera de tratar los residuos no son para nada amigables con la naturaleza. Y así podría continuar con muchas quejas más pero no tiene sentido porque para un entendido creo que basta. Solo diré al respecto que sobran los informes de diversas fuentes confiables que evidencian que la actividad minera no es la más contaminante, ni la que más agota el recurso agua, ni la que menos ingresos económicos le deja al lugar en donde se realiza el proyecto, peeero.....
...Segundo Acto. Desde mi rol como ciudadano.
Ahora me calzo el megáfono de aquellos que reclaman con justa razón al no tener la información suficiente y les sobran los motivos para tener miedo por los suyos, sus tierras y sus propias vidas. Sin ningún color ideológico y como alguien sensato se me ocurrirían las siguientes palabras: Señores del gobierno y empresarios mineros, necesitamos que nos brinden mas detalles sobre todo lo que piensan hacer y no se guarden nada. No somos ignorantes, y si quieren nuestra licencia deberán convencernos con suficientes pruebas de los beneficios de su labor en este lugar, y que todas las actividades que planean hacer no se convertirán en una amenaza para todos nosotros. Tenemos el derecho de conocer los pro y los contra de todo aquello que planean hacer y que con la máxima transparencia posible nos hagan cambiar de parecer al respecto por el bien y el desarrollo de nuestro pueblo.
Finalizo esta personificación escenográfica de dos actores que son uno. Y digo uno porque coexisten en mi manera de pensar, resumiendo la obra con las siguientes palabras:
"La minería es necesaria para el desarrollo de nuestra sociedad, pero debe ser llevada adelante con transparencia y sinceridad, de forma sustentable y en sintonía con un mundo cada vez mas desbastado por nuestro egoísmo y vanidad. Se necesitan de científicos y técnicos que oficien de actores sociales comunicando sin tapujos lo que se comprueba y valída empíricamente sea o no beneficioso para la actividad minera, porque el único beneficio que nos debe de importar, es el de conocer y dar a conocer la verdad".
Por: Matias Rasjido.
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